18.10.12

Pepe el Dragón

Me contaron que una vez, en una hermosa isla, era verano cuando llegó un diminuto e inteligente dragón. Parecía que se había perdido. Este se entristeció cuando se enteró de que se había desviado de su camino. Preocupado, empezó a recorrer la isla para explorarla. Volaba, nadaba y andaba, hasta que… ¡PUM! Se clavó una llave en el pie. Se la quitó y se la quedó. La inspeccionó y como tenía un escudo real se dio cuenta de que encontró la llave de la casa del rey. Y le buscó para devolvérsela.
<<Su majestad, encontré por casualidad la llave de su hogar>> Pensaba Pepe El Dragón para dirigirse al rey.
<<He aquí la llave de su casa, su majestad>> Pensaba decirle, otras veces.
Pepe se hizo un gran lío en la cabeza y, cuando dejó atrás los últimos árboles del “Bosque Laguna Negra”, encontró el castillo del rey. Se oía a alguien llorar. Pepe pensó:
<<Será alguien a quien han despedido>>
Pero estaba muy equivocado.
Llegó a la puerta y le dijo al guardia:
-Vengo a darle la llave al rey.
-Adelante, pase. Está usted como en su casa.- Le respondió.
Pepe pasó al castillo y cada vez, los lloros se oían más.
<<Como pille al que está llorando, va a llorar por algo…>> Pensó Pepe, al que le dolía la cabeza tras el largo viaje. Los guardias abrieron la puerta del dormitorio del rey… ¡un rey que lloraba!
-¿Por qué llora, su majestad?- Le preguntó Pepe
-Porque perdí mi llave.- Dijo el rey entrecortado.
-¡Pero bueno! ¡Soy yo el que debería llorar! ¡Yo me clavé la llave, yo me hice daño, y vengo aquí y usted llora porque pierde una mísera llave! Yo soy el que debería llorar, le repito. Iba en busca de mi familia cuando su isla me despistó. ¡Llevo horas andando, me rompí un ala al aterrizar y ya no puedo salir! Y eres tú el que llora… ¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!- Se burla Pepe.
El rey se quedó: …o_O. Y luego se puso a llorar.
Pepe el Dragón le contesta:
-Lo siento majestad. Vengo con un dolor de cabeza terrible. Me duele el pie, el ala y me siento perdido e incómodo. Ya no se que hacer. Mi familia se ríe de mí, y ya estoy harto…
-Yo puedo darte trabajo y asistencia veterinaria. Sólo si quieres…- Le respondió el rey.
-¡Muchas gracias! Pues la verdad es que sí lo necesito.- Contestó Pepe el Dragón amablemente.
Y fue así como Pepe se quedó en aquel castillo trabajando como secretario y leyó muchos libros y cuentos de aquella biblioteca.

En aquella biblioteca de aquel castillo que pertenecía a aquel rey de aquella isla, está hoy este libro que lee usted. Que cuenta la leyenda que el libro apareció en un baúl viejo y que entró por un callejón dorado y salió por otro plateado, por eso este cuento, es muy valorado y está acabado.
Alberto González, 9 años.
Pablo Rodríguez, 12 años.