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Laura García Rodríguez |
Era un perfecto amanecer, cuando el sol
rozaba el cielo y luchaba por salir de detrás de las montañas, cuando uno de
los ángeles de la ciudad de Angeliduyum, dio a luz a un precioso ángel al que
llamaron Jackelin. Sin embargo Jackelin era un ángel muy especial porque había
nacido sin alas.
Cuando cumplió los quince años, le dieron como regalo de cumpleaños; una beca para ir a estudiar a una escuela de
alta hechicería; ella aceptó con ganas de probar cosas nuevas. Al día siguiente,
Jackelin se fue en una carroza voladora llevada por pegasos a la escuela de
hechicería. Durante el viaje Jackelin estuvo callada, como si la hubiera comido
la lengua un gato.
Una vez llegaron, se encontraron a los
pies de una enorme torre. “Desde luego
que no parece muy acogedora” pensó para sus adentros Jackelín.
De repente, a la puerta apareció un
maestro con una túnica gris. “Este debe de ser el maestro que nos dará
clase” -dijo una voz al oído de Jackelín. Ella se giró alarmada y vio a una
criatura con cola de sirena y alas a la espalda. La criatura saludó: “Hola me
llamo Yelinde pero mis amigas me llaman Yeli, o bueno me llamarían si las
tuviese” Jackelin la miro y contesto: “Hola Yeli, yo soy Jackelin, pero puedes llamarme Jacky”. Yeli la
miró y le preguntó: “¿y tú que criatura eres?” Jackelin le respondió: “Un
ángel”. Yeli la miró atentamente durante un rato hasta que por fin dijo:” ¿tú un ángel? ¿Y dónde están tus alas? ”Jackelin bajó la cabeza y no dijo nada. Yeli
se sintió mal por la pregunta que había hecho y le pidió perdón. Jacky aceptó las disculpas y le dijo: “No te preocupes, todos se preguntaban como
puedo ser un ángel si ni siquiera tengo alas” Yeli para animarla un poco la
dijo: “¿Pues sabes qué? Que me gustas tal y como eres y si quieres podemos ser
amigas, te prometo que no sacaré más el tema”. Jackelin le dijo con sorpresa:”
¿En serio que quieres ser mi amiga? Nunca he tenido una amiga. “Pues de ahora
en adelante ya la tienes y seremos mejores amigas”. Ambas rieron y entraron en la
torre siguiendo a las demás criaturas.
Una vez dentro, les dieron un pequeño
tour por las instalaciones y luego
les mostraron los dormitorios. A Jacky y Yeli les tocó una habitación que tenía tres camas. Cuando
ya se habían acomodado en la habitación
llegó otra criatura que les preguntó: “¿Hay una cama libre para mí? La criatura desconocida sonrió, entró, y colocó su ropa, su neceser…
en el armario. Yelinde le preguntó ” ¿cómo te llamas?” La criatura contestó:” Yo soy Rowina ¿y vosotras?”. : “Yo me llamo Jacky ” dijo una “y yo soy Yeli”
Estuvieron un año estudiando juntas en la escuela de alta hechicería y eso cambió sus vidas para siempre.Pasaban los días y con ellos las
semanas, y así también los meses hasta que llegó el día de volver a casa. Jackelin, Yelinde y Rowina nunca más se separaron, nada de eso, iban a
visitarse cada tarde en su sitio favorito; un pozo, en lo alto de una colina,
oculto por unos arbustos. Ese era el sitio, donde, todas las tardes, se
encontraban y repasaban lo aprendido en la escuela.