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Gonzalo, 13 años |
Érase una vez un
reino, en el que vivía un rey, el Rey Cometa. A él le encantaba la astronomía, la
física y la química. Pero el rey tenía un sueño... tocar esos brillos blancos que
aparecen por la noche, que se llaman estrellas. Él no podía cumplir su sueño
solo, así que buscó por todo el mundo a un científico que le ayudase a cumplirlo. Pasados algunos días, encontró a una chica que se llamaba Mimi,
experta en astrocultura, física y astronomía. El Rey Cometa le contó a Mimi su
sueño; ella se quedó impresionada, todas y cada una de las personas del reino
eran conscientes de que las estrellas eran enormes y no se podían coger, pero
Mimi no se daba por vencida. Ella tenía una idea, construir una máquina que
usase la astroquímica y la electroformación que consiste en empequeñecer una
estrella con energía oscura de un agujero negro. Además de esos materiales,
necesitaba cinco más: oro y plata de las Minas de Cristal, tres placas de
malaquita crisocola en la Playa de la Imaginación, un reloj de cuco mágico en El
Taller de Filiberto y polvo de hada de Duendetopía.
Primero, Mimi fue a
las Minas de Cristal para conseguir la plata y el oro. Nada más entrar, Mimi
escuchó un maullido y de repente apareció una sombra. Mimi estaba muy asustada,
pero súbitamente la sombra oscura que parecía ser un mostruo muy malo, era un
gatito atigrado. Mimi se sorprendió, cogió los materiales y decidió adoptar al
felino. Después de pensarlo bastante, ella decidió llamar al pequeño gatito,
Momo.
Lo segundo era la malaquita crisocola que se
podía hallar en la Playa de la Imaginación. Al llegar al lugar Mimi cogió las
tres placas de malaquita y se fue pero antes de que pudiese hacerlo, un pulpo
gigante con diecinueve brazos les atacó. Mimi se intentaba defender con su
pistola de pompas, pero no había manera, el pulpo era demasiado fuerte. De repente,
Momo se cubrió de un brillo azul y a los pocos segundos, el animal lanzó un rayo
de energía que iba con tanta fuerza que noqueó al monstruo de un solo golpe.
Mimi se quedó impresionada, no sabía cómo no se había dado cuenta de que Momo
era un "felinusmastroelectricus" … ¡¡era increíble!!
Lo tercero era el
reloj de cuco mágico. Al llegar a la fábrica de Filiberto, Mimi estaba muy
ilusionada, tenía muchas ganas de terminar la máquina cogió el reloj y se fue
en busca del polvo de hada.
Al llegar a
Duendetopía, Mimi se encontraba muy feliz ya que estaba a un paso de hacer el
sueño del rey realidad. Fue a ver a la emperatriz de Duendetopía para pedirle
el polvo de hada. Por suerte, Mimi y Momo consiguieron el polvo gracias a la
emperatriz. Solo quedaba construir la máquina.
En el taller, Mimi
empezó a construir la máquina. Después de dos largas semanas, la máquina ya
estaba construida, solo faltaba probarla. En los dos primeros intentos, la
máquina no funcionaba. Lo siguió intentando pero seguía sin funcionar. Así que
Mimi recurrió al consejo de sabios, que es un grupo de personas que se dedican
a aconsejar a la gente. Ellos decidieron contarle al Rey Cometa que las
estrellas eran unos pequeños seres que servían para cumplir los deseos de los
demás. El rey se quedó un poco triste pero lo bueno era que gracias a Mimi, él
ya tenía otro sueño: poder hablar con esas criaturas espaciales.
Nota: Quiero compartir esta actividad con la que he ganado el segundo puesto de expresión escrita en mi cole. espero que os guste.