20.3.13

El gato que no comía ratones


Érase una vez un pueblo muy bonito y con mucha montaña. En él vivían muchas familias y un gato que era amigo de todos y que se llamaba Flipy.  

Flipy  tenía que acabar con los ratones del pueblo, porque se comían todo y hacían mucho daño. Pero a Flipy le daba mucha pena y  no le gustaba nada la idea. Cuando veía a los ratones, les mandaba irse.

Las familias idearon un plan para solucionar el problema. Los niños se encargarían de adiestrar a los ratones. Así los ratones no harían daño y podrían vivir todos en el pueblo.

Y colorín colorado…
los ratones se han salvado.

Autores: María Eugenia, Roger Marcos y Patricia