Jaime era un niño moreno, de ojos
azules, con gafas, revoltoso, pero con muchos amigos.
Pablo era rubio, con ojos verdes,
pelo corto rizado, muy mentiroso y con pocos amigos.
Un día Pablo mintió a Jaime y Jaime
se enfadó mucho. Los compañeros de clase se chivaron a la profesora. Luego la
profesora riñó a Pablo y les explicó porqué era importante decir siempre la
verdad.
Pablo pidió perdón a Jaime y después
hicieron las paces para siempre.
Autoras:
Deva (8 años) y Nerea (5 años