Lola era una langosta muy divertida y juguetona.
Como quería ponerse morena, un día fue a tomar el sol a la Playa de la Concha de San Sebastián.
Allí también estaba Pompón el cangrejo dando un paseo con su hijito Chinchín. Como los cangrejos andan para atrás se tropezó con Lola, la langosta. Pompón era muy educado y le pidió perdón.
Al final se hicieron amigos y fueron a tomar un helado a un chiringuito.
Esta historia se acabó
y el chiringuito se cerró.
Autores: Lucas Robles y Luis Carlos De Caso