En un bonito castillo, de un lejano país, vivía
una princesa que se llamaba Rosalinda. El castillo estaba rodeado de jardines
de rosas y flores de muchos colores.
La bruja Brisas
rondaba por los alrededores del castillo porqué quería ser una princesa
malvada. Quería vengarse de su hermana Rosalinda. La envidiaba porque Rosalinda
era guapa, buena y tenía muchos amigos.
Brisas quería ser tan bella y tan
princesa como su hermana Rosalinda; pero
no quería ser buena.
Un día por la
noche la bruja Brisas rapto a Rosalinda y dejo una nota al rey que decía…
“Si quieres recuperar a Rosalinda, tendrás que
nombrarme princesa”
Entonces
el rey contrató a un príncipe valiente para que rescatara a su princesa. El príncipe
fue a rescatar a su princesa. Como la bruja sabía que no la iban a nombrar
princesa coloco trampas. Una de ellas era un río con tiburones y cocodrilos;
pero el príncipe no tuvo problema para saltarlo con su caballo.
Cuando
el príncipe llegó al castillo, en el que estaba encerrada Rosalinda, se puso a
escalarlo con tan mala suerte que calló un ladrillo y Brisas lo oyó. Bajo para
ver lo que pasaba y vio al príncipe que
se puso a escalar a toda velocidad como si la vida le fuera e ello. Liberó a
Rosalinda y bajaron por una liana.
Brisas los persiguió y fue ella quien se cayó en el río de los tiburones y
cocodrilos.
Y
los príncipes vivieron tranquilos para siempre.
Lola Osagiede Montes , Érika Varela
Zapatero, África González Martínez y Joao
Alejandro Rodrígues