Había una vez unos hermanos
mellizos que vivían en un pueblo pequeño pero agradable. Se llamaban Paula y
Guzmán y a los dos les gustaba mucho oír historias antiguas.
Un día fue a visitarlos su
abuelo Pepe; como era mayor tenía muchas historias que contar. A Paula y Guzmán les gustaba muchísimo escuchar historias antiguas, especialmente de su familia o
antepasados. Cuando llegó su abuelo, le pidieron que
les contara alguna historia; el abuelo
como ya era tarde les dijo que no, pero les prometió que al día siguiente les contaría una historia sobre su familia.Paula y Guzmán no podían
dormir de las ganas que tenían de escuchar la historia.
Pasó la noche y por fin llegó la hora. Bajaron corriendo las escaleras y se fueron en dirección al salón; su abuelo Pepe ya les estaba esperando en el sofá sentado y Paula y Guzmán se sentaron en el suelo. Y comenzó a contarles la historia de cuando fueron a visitar Madrid, sus tíos, sus padres y sus primos. Paula y Guzmán estaban muy atentos y callados para entender la historia bien.
Cuando acabó le pidieron otra historia, pero el abuelo Pepe en vez de contarles una historia sobre su familia les contó una sobre un hada y un dinosaurio. ¡Les encantó! Y después, cada uno inventó una parte de un cuento para formar otra historia maravillosa.
Pasó la noche y por fin llegó la hora. Bajaron corriendo las escaleras y se fueron en dirección al salón; su abuelo Pepe ya les estaba esperando en el sofá sentado y Paula y Guzmán se sentaron en el suelo. Y comenzó a contarles la historia de cuando fueron a visitar Madrid, sus tíos, sus padres y sus primos. Paula y Guzmán estaban muy atentos y callados para entender la historia bien.
Cuando acabó le pidieron otra historia, pero el abuelo Pepe en vez de contarles una historia sobre su familia les contó una sobre un hada y un dinosaurio. ¡Les encantó! Y después, cada uno inventó una parte de un cuento para formar otra historia maravillosa.
Diana Rossi Asensio - 11 años