Érase una vez una niña, Sofía, que vivía en una granja al sur de España. Esta niña tenía nueve años y un espíritu
aventurero. Un día que salía a pasear, se le acercó un cerdito pequeñito. Al principio le dio miedo, pero luego, al cabo de unos días de estar con é, se
hicieron muy amigos, ¡hasta le puso un nombre!: Salomón. Los dos, al cabo de más
tiempo, se hicieron los mejores amigos.
Pero, tras unos años, ya cuando
Sofía era mayor, el cerdito se murió y Sofía, triste por la muerte de su amigo, trató de buscar a otros animales que pudieran hacerle reír como lo hacia su
cerdito. Encontró dos ocas, Richi y Tere, pero a estas, con sus cuatro patitos,
les picó una araña y enfermaron. Entonces la niña buscó más animales: un
caballo, llamado Relámpago, que corría mucho. ¡Y un día se le escapó! Así encontró dos vacas llamadas Misi y Pisi, pero como no le divertían, dejó de
jugar con ellas, y eso mismo le pasó con las dos ovejas de su abuela, llamadas
Puri y Caqui.
Después de casi cinco meses, por fin encontró un animalito que le
hacia reír igual que su cerdito.
¡Encontró un ratón! Después de
vacunarle correctamente, pasó grandes momentos con él, y le bautizó con el
nombre de su antiguo cerdito. ¡Salomón!.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Rebeca (13 años), Coraima (11 años), Sara (11 años).